jueves, 3 de noviembre de 2016

LAS PRINCESAS DEL PACÍFICO

Sala: Teatros Luchana Autores: José Troncoso, Alicia Rodríguez y Sara Romero Director: José Troncoso Intérpretes: Alicia Rodríguez y Belén Ponce de León Duración: 1.05' (es lo que dice el programa de mano, pero me falta mi tradicional apunte)
La función ya no está en cartel


Belén Ponce de León y Alicia Rodríguez. Encuentro la foto en elteatrero.com.

Sexta entrega de las funciones perdidas de la temporada pasada (empecé con ésta que les enlazo). ¿No estaré dedicando a esto un esfuerzo digno de mejor causa? ¿Qué pasaría si dedicara todo esto tiempo a... no sé... estudiar chino? En fin, cerremos el frasco de las dudas, que luego apesta el ambiente.

Con Las princesas del Pacífico, como diría mi madre, no tengo perdón de Dios. Estuvo la tira de tiempo en cartel, creo que en más de una sala, y mira que era (o es, no sé si no va a volver) una propuesta interesante, pero se me pasó el tiempo para la crítica. 

Iba a enlazar ahora el título directamente a la voz sobre el Pacific Princess en la wikipedia, pero me he dado cuenta de que los más jóvenes van a necesitar información.  Había una vez una serie de televisión que se titulaba Vacaciones en el mar (The love boat en el original). Si son de quintas más recientes les recomiendo vivamente que sigan este enlace para ver los títulos de crédito. No sólo porque accederán a una pieza fundamental de la educación sentimental de sus mayores (que pone nostálgico a medio planeta, a mí me parte el alma), sino también porque es una pieza que retrata como pocas el Zeitgeist de la época y porque la canción de Jack Jones es estupenda, con esos uaca-uaca de fondo típicos del sonido Filadelfia.

¿De qué habla este tipo?, se estarán preguntando. Verán. A las protagonistas les toca un viaje en un crucero. Y el título remite directamente al nombre del barco de la serie. La serie era toda color de rosa: en cada episodio se subían al barco unos cuantos pasajeros cada uno con su problema vital al hombro, y todos se bajaban con la vida resuelta. El contraste que el título establece entre esta farsa tragicómica y lumpen y ese mundo en el que sólo faltaban los unicornios de colores (que creo que aún no estaban inventados) es muy sugestivo. O sea, que empezamos bien.

Y seguimos bien. No me suelo fiar yo mucho de las dramaturgias colectivas, pero este texto es redondo. Construye muy bien la historia, tiene toda la retranca imaginable, dibuja unos personajes nítidos, hace alarde de costumbrismo pero el costumbrismo no se come al resto. Ya les he dicho: farsa, tragicomedia, lumpen, esperpento... Una cosa que se aproxima, sobre todo cuando la pena honda pasa rozando las miradas de las protagonistas, a La Zaranda. Para quien no lo sepa, esto es un formidable elogio.

Dos espectaculares actrices. Dan risa, dan pena, dan miedo. Las dos a gran altura, Ponce de León, estratosférica. La he visto en alguna otra cosa, pero no me había llamado la atención. Se ha topado con un papel que es como su propia piel y encaja con Alicia Rodríguez como un engranaje de precisión. En conjunto, la función es más que interesante, aunque en algún momento la dirección se queda un pelín corta, un poco instalada en el dos más dos. Ni qué decir tiene que la dirección de actrices está fetén. A Troncoso lo vi bien en un texto imposible en Historias de Usera. Nota final: una pena que no haya créditos de caracterización. ¿Han sido ellas mismas?

Tras escribir todo eso me he puesto a buscar, y resulta que vuelven. Este mismo mes, al Galileo. Recomendada queda.
P.J.L. Domínguez

          

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